18.12.17

Palo que nace doblao, de Alejandro Leguizamón



I
A David Kalho se le colaron dos traviesas balas en la cabeza. Sienes estruendosas decoraron su piso con un inconfundible estilo Pollock.  
Podría darle vueltas y vueltas a la cuestión, pero lo que sucedió fue simple: Bang, bang! y aunque así no suenen los tiros, el resultado es el mismo (uno menos)
En África, la fabula occidental de la pólvora mojada no es más que un simple mito, ya que el agua es un recurso escaso y por ende; cuando se gatilla hay bala. Creálo. Es ley, no falla.
Así fue para David. Días atrás, su nombre se acumuló en las paginas acusatorias de una revista  -medio pelo/bajo presupuesto- que lo inculpaba, nada más y nada menos, que de homosexual. Terrible crimen en la Uganda que, en este siglo, se postuló con vigor para purgatorio African Gay -de esta dimensión- al mejor estilo Auschwitz.
Sus verdugos fueron dos machirulos. "Hombres" que, a la fuerza, se metieron en su casa para insultarlo y golpearlo rabiosamente hasta matarlo y rematarlo a plomazo limpio. Por nada. Por puto. Por todo. Corta la bocha.

II
Tres noches antes de que la muerte entrometiera guadaña en su vida, David presentó su tercer libro de poesías frente a la exigua humanidad que se dispuso a escucharlo: Amigxs, compañerxs, amantes -animados- de ayer y de hoy e infiltrados de la Uganda Police mezclados entre desprevenidos noctámbulos, habitués de la varieté clandestina en Kaampala. Por supuesto, entre toda aquella fauna hogareña, erigía Yacouba, pasajero frecuente de todos los viajes de su hijo. El entorno se completaba con lo de siempre… Waragi, Pombe y Chai Masala. Santa Trinidad rompe hígados!
Para todxs ellxs, David leyó, apasionado, algunos pasajes de su nueva publicación. La cual, en su verso inicial y primitivo, ya destilaba fragancia mortecina y sentencia a la hoguera social, más por su profusa divergencia sexual que por carácter literario en sí mismo.
Se alternó la noche en una lírica mágica que tropezó con lxs ilustres literatos canonizados por todx aquel amante de la poesía romántica. Lo de siempre: Lorca, Darío, Carpio y Montúfar, cacheteados -por qué no?- por algunos textos filosóficos de Beauvoir, entre otros (y otras)

III
Cruzando la medianoche, la perla de África se pone picante y mejor partir, entre Pombe y Pombe (Cerveza de fermento local) antes que sean las tres y todo el mundo empiece a hablar del nacimiento del Nilo, como si esa fuera la mejor forma de echar a la huesuda que ya se regodea babeando la penumbra.
Es justo ahí cuando, Yacouba Kalho, levanta con suavidad de abrazo etílico a su David para conducirlo, cual arcángel, hasta la casa de este y casi seguro, también hasta su cama.
Lo de siempre… viene la parca, en finas pilchas y siempre algunx cae con el chamullo envolvente  de la “Estética de la Muerte” 
Mejor es partir antes. 

IV
-Dura empresa la de andar en curda, arrastrando un hijo… pensó Yacouba, mientras, con un ojo relojeaba el entorno y con el otro calculaba varios cientos de metros de tambaleo por saldar antes de llegar a destino.
Tanto esfuerzo no es gran cosa para un padre y un hijo que se acostumbraron a vivir bajo la mirada quemante de la homofóbia veinticuatro horas, siete días a la semana. 
Finalmente, otros cientos de metros más adelante, ya con la tranquilidad de dejar lo amado a resguardo. Yacouba, despedida mediante, se quedó pensativo bajo el marco de la puerta y girando noventa grados sobre el eje de sus viejos mocasines, casi más afuera que adentro de la casa, cuestionó las "preferencias" de su hijo en el amor. Sin esperar -o sin querer- respuesta, finalizó su recorrido con 90 grados más hasta salir del todo.

V
David, fue poeta de mil versos, mas nunca pudo contestarle a su papá.
Se despidió, sin saberlo, en una nota de 13 palabras que escribió, esa misma noche, bajo los efectos de la borrachera:
-Padre, ninguna mujer ha leído, jamás, mis versos con los ojos del corazón.


(La homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad mental el 17 de Mayo de 1990 por la Organización Mundial de la Salud)