1.3.15

Dromedarios, por Sergio Rienzi



//
 Cadenas montañosas de nubes pasajeras
dromedarias,
día gris en el Bajo Flores,
el Vendedor Ambulante de flores y plantas
no vino hoy a su esquina de trabajo,
yo vine puntual a las ocho treinta pero él
no se dio a conocer.
La mañana mientras va acomodando sus elementos
de a poco
signo a signo
cosa a cosa
cara a calle
y a paso de hombre-circunvalación.

//
 Las facciones
del tiempo,
las facciones de los árboles
en la calle,
las facciones de las caras
y sus líneas.

//
 El ámbar del cielo, el café desfibrilador
en contra de la quietud de enero
y de la pena de muerte en vida,
la contraluz,
el contrafrente
y la sombra mansa
y de la yugular
el cartapacio,
libreta de notas de investigaciones estúpidas.

//
 Nubes postradas
sobre el cielo raso
y afuera un pino inmóvil
moviéndose a babor
del viento dromedario,
bitácora, cartapacio, libreta de notas,
diarios:
variaciones de cómo medir
el paso de los días.

//
 Los azúcares
pegados como péndulos
como partículas blancas
en las comisuras de la taza dromedaria
y los autos encandilando la noche
pasando por el costado de la ruta.

//
 En la inesperada vida
hay intervalos de vida
y de muerte,
hay bajo los árboles de lo matutino
la frondosa vida dromedario,
y atardece
es anochece
en la inesperada vida,
y el ámbar es una cicatriz que casi
cruza el cielo,
y diapasón es nota de color
y la línea de fuga
del horizonte no tiene donde fugarse,
se dilata en la línea del,
porque tiene una pupila
donde dilatarse,
donde hacerse tarde,
porque atardece
es anochece
y esta hora es ámbar
en la inesperada vida dromedaria.

//
 Y cualquier sol
puede ser tu último sol
así que más te vale
enseñarle a tus ojos
el sattori dulce
de mirar
que duele,
y poner el ojo en el ojo
y reemplazar preposiciones.

//
 Hay en este bar
una vieja cafetera
juguetona que escupe vapor en intervalos
de quince minutos,
y uno aprende a bautizarla
con amor ¨ la máquina de vapor de café ¨,
porque hay que ponerle nombres nuevos
a las viejas cosas
para reeditarlas.

//
 Abrir
la llave de paso dromedaria
y dejar entrar el día
en el día.