8.1.14

Pujato, por Gabriel Cortiñas






(fragmento)

(…)

Cerca muy cerca de las aguas que comenzaron
a romperse en fractura expuesta la congelación están aquellos
que llevan la carga diaria de no decir lo que tienen que decirse
porque evitan el derrame dentro
y fuera del ojo portadores
y no también                          
otros viven pensando en vivir y es todo
lo que pueden dar unos creen
que el Estado es pura discusión los rusonoruegos no tienen
ni tuvieron nunca
una estrategia de poder los pujatistas dicen mejor
mojar las manos en un río
turbio antes que morir
con las manos secas el socio mayoritario de la compañía
riojana de transportes
plotea sus tres micros
de media o larga distancia con frases de Guevara Madre Teresa
Carol Boitila los amigos del papá de la ex modelo
devenida conductora bronceada envejecida
de un programa de cable gourmet los biólogos observadores
venden pan relleno y cantan La Internacional los primos
miden su estatura en una puerta
siempre distinta la que se toca
el pelo pensando en el edecán porque sabe
que es parte de una tradición andinista de seducción
pescan todos con el agua a la cintura en la bahía del Mar de Weddell
y sobreviven porque cuentan las mareas
el principal pierde un miembro inferior en su cuarta invernada
y lo dice
por teléfono como una condecoración
los maquinistas de un tren foquerizado
rusificado
y vuelto a foquerizar la que tiene un tobillo
tatuado en latín porque sueña
parar un taxi blanco haciendo la v
en un barrio presa de una pronta
mercantil rezonificación aunque sufre
cuando dicen con sumo cuidado
el humo es la madre de todas las batallas
el testigo del momento en que alguien termina de leer una novela
la dueña de un perro que pidió: “Perdón
está aprendiendo a estar con gente.”
Todos todos todos:
los tripulantes del Irizar gritan el vidrio no es
sólido
es líquido enfriado un Farrel
llevó a los hombres de Pujato su hijo
sale ahora en un documental
nosotros no dejamos defender
a quienes nos ofenden
ellas pescan con el agua a la cintura en la bahía del Mar de Weddell
—más allá de la marea—
y sacan para comer.

(…)